Naciones Unidas A/RES/55/2*
Asamblea General Distr. general
13 de septiembre de 2000
Quincuagésimo quinto período de sesiones
Tema 60 b) del programa
00 55954*
Resolución aprobada por la Asamblea General
[sin remisión previa a una Comisión Principal (A/55/L.2)]
55/2. Declaración del Milenio
La Asamblea General
Aprueba la siguiente Declaración:
Declaración del Milenio
I. Valores y principios
1. Nosotros, Jefes de Estado y de Gobierno, nos hemos reunido en la Sede de las
Naciones Unidas en Nueva York del 6 al 8 de septiembre de 2000, en los albores de
un nuevo milenio, para reafirmar nuestra fe en la Organización y su Carta como
cimientos indispensables de un mundo más pacífico, más próspero y más justo.
2. Reconocemos que, además de las responsabilidades que todos tenemos
respecto de nuestras sociedades, nos incumbe la responsabilidad colectiva de
respetar y defender los principios de la dignidad humana, la igualdad y la equidad en
el plano mundial. En nuestra calidad de dirigentes, tenemos, pues, un deber que
cumplir respecto de todos los habitantes del planeta, en especial los más vulnerables
y, en particular, los niños del mundo, a los que pertenece el futuro.
3. Reafirmamos nuestra adhesión a los propósitos y principios de la Carta de las
Naciones Unidas, que han demostrado ser intemporales y universales. A decir
verdad, su pertinencia y su capacidad como fuente de inspiración han ido en
aumento conforme se han multiplicado los vínculos y se ha consolidado la
interdependencia entre las naciones y los pueblos.
4. Estamos decididos a establecer una paz justa y duradera en todo el mundo, de
conformidad con los propósitos y principios de la Carta. Reafirmamos nuestra
determinación de apoyar todos los esfuerzos encaminados a hacer respetar la
igualdad soberana de todos los Estados, el respeto de su integridad territorial e
independencia política; la solución de los conflictos por medios pacíficos y en
consonancia con los principios de la justicia y del derecho internacional; el derecho
de libre determinación de los pueblos que siguen sometidos a la dominación colonial
y la ocupación extranjera; la no injerencia en los asuntos internos de los Estados; el
respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales; el respeto de la
igualdad de derechos de todos, sin distinciones por motivo de raza, sexo, idioma o
* Publicado nuevamente por razones técnicas.
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religión, y la cooperación internacional para resolver los problemas internacionales
de carácter económico, social, cultural o humanitario.
5. Creemos que la tarea fundamental a que nos enfrentamos hoy es conseguir que
la mundialización se convierta en una fuerza positiva para todos los habitantes
del mundo, ya que, si bien ofrece grandes posibilidades, en la actualidad sus
beneficios se distribuyen de forma muy desigual al igual que sus costos.
Reconocemos que los países en desarrollo y los países con economías en transición
tienen dificultades especiales para hacer frente a este problema fundamental. Por
eso, consideramos que solo desplegando esfuerzos amplios y sostenidos para crear
un futuro común, basado en nuestra común humanidad en toda su diversidad, se
podrá lograr que la mundialización sea plenamente incluyente y equitativa. Esos
esfuerzos deberán incluir la adopción de políticas y medidas, a nivel mundial, que
correspondan a las necesidades de los países en desarrollo y de las economías en
transición y que se formulen y apliquen con la participación efectiva de esos países
y esas economías.
6. Consideramos que determinados valores fundamentales son esenciales para las
relaciones internacionales en el siglo XXI:
• La libertad. Los hombres y las mujeres tienen derecho a vivir su vida y a criar
a sus hijos con dignidad y libres del hambre y del temor a la violencia,
la opresión o la injusticia. La mejor forma de garantizar esos derechos es
contar con gobiernos democráticos y participativos basados en la voluntad
popular.
• La igualdad. No debe negarse a ninguna persona ni a ninguna nación la
posibilidad de beneficiarse del desarrollo. Debe garantizarse la igualdad de
derechos y oportunidades de hombres y mujeres.
• La solidaridad. Los problemas mundiales deben abordarse de manera tal que
los costos y las cargas se distribuyan con justicia, conforme a los principios
fundamentales de la equidad y la justicia social. Los que sufren, o los que
menos se benefician, merecen la ayuda de los más beneficiados.
• La tolerancia. Los seres humanos se deben respetar mutuamente, en toda su
diversidad de creencias, culturas e idiomas. No se deben temer ni reprimir las
diferencias dentro de las sociedades ni entre éstas; antes bien, deben apreciarse
como preciados bienes de la humanidad. Se debe promover activamente una
cultura de paz y diálogo entre todas las civilizaciones.
• El respeto de la naturaleza. Es necesario actuar con prudencia en la gestión y
ordenación de todas las especies vivas y todos los recursos naturales, conforme
a los preceptos del desarrollo sostenible. Sólo así podremos conservar y
transmitir a nuestros descendientes las inconmensurables riquezas que nos
brinda la naturaleza. Es preciso modificar las actuales pautas insostenibles de
producción y consumo en interés de nuestro bienestar futuro y en el de
nuestros descendientes.
• Responsabilidad común. La responsabilidad de la gestión del desarrollo
económico y social en el mundo, lo mismo que en lo que hace a las amenazas
que pesan sobre la paz y la seguridad internacionales, debe ser compartida por
las naciones del mundo y ejercerse multilateralmente. Por ser la organización
más universal y más representativa de todo el mundo, las Naciones Unidas
deben desempeñar un papel central a ese respecto.
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7. Para plasmar en acciones estos valores comunes, hemos formulado una serie
de objetivos clave a los que atribuimos especial importancia.
II. La paz, la seguridad y el desarme
8. No escatimaremos esfuerzos para liberar a nuestros pueblos del flagelo de la
guerra —ya sea dentro de los Estados o entre éstos—, que, en el último decenio, ha
cobrado más de cinco millones de vidas. También procuraremos eliminar los
peligros que suponen las armas de destrucción en masa.
9. Por todo lo anterior, decidimos:
• Consolidar el respeto del imperio de la ley en los asuntos internacionales y
nacionales y, en particular, velar por que los Estados Miembros cumplan las
decisiones de la Corte Internacional de Justicia, con arreglo a la Carta de las
Naciones Unidas, en los litigios en que sean partes.
• Aumentar la eficacia de las Naciones Unidas en el mantenimiento de la paz y
de la seguridad, dotando a la Organización de los recursos y los instrumentos
que necesitan en sus tareas de prevención de conflictos, resolución pacífica de
controversias, mantenimiento de la paz, consolidación de la paz y
reconstrucción después de los conflictos. En este sentido, tomamos nota del
informe del Grupo sobre las Operaciones de Paz de las Naciones Unidas1, y
pedimos a la Asamblea General que examine cuanto antes sus
recomendaciones.
• Fortalecer la cooperación entre las Naciones Unidas y las organizaciones
regionales, de conformidad con las disposiciones del Capítulo VIII de la Carta.
• Velar por que los Estados Partes apliquen los tratados sobre cuestiones tales
como el control de armamentos y el desarme, el derecho internacional
humanitario y el relativo a los derechos humanos, y pedir a todos los Estados
que consideren la posibilidad de suscribir y ratificar el Estatuto de Roma de la
Corte Penal Internacional2.
• Adoptar medidas concertadas contra el terrorismo internacional y adherirnos
cuanto antes a todas las convenciones internacionales pertinentes.
• Redoblar nuestros esfuerzos para poner en práctica nuestro compromiso de
luchar contra el problema mundial de la droga.
• Intensificar nuestra lucha contra la delincuencia transnacional en todas sus
dimensiones, incluidos la trata y el contrabando de seres humanos y el
blanqueo de dinero.
• Reducir al mínimo las consecuencias negativas que las sanciones económicas
impuestas por las Naciones Unidas pueden tener en las poblaciones inocentes,
someter los regímenes de sanciones a exámenes periódicos y eliminar las
consecuencias adversas de las sanciones sobre terceros.
• Esforzarnos por eliminar las armas de destrucción en masa, en particular las
armas nucleares, y mantener abiertas todas las opciones para alcanzar esa
1 A/55/305-S/2000/809; véase Documentos Oficiales del Consejo de Seguridad, quincuagésimo quinto año,
Suplemento de julio, agosto y septiembre de 2000, documento S/2000/809.
2 A/CONF.183/9.
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meta, incluida la posibilidad de convocar una conferencia internacional para
determinar formas adecuadas de eliminar los peligros nucleares.
• Adoptar medidas concertadas para poner fin al tráfico ilícito de armas
pequeñas y armas ligeras, en particular dando mayor transparencia a las
transferencias de armas y respaldando medidas de desarme regional, teniendo
en cuenta todas las recomendaciones de la Conferencia de las Naciones Unidas
sobre Comercio Ilícito de Armas Pequeñas y Ligeras.
• Pedir a todos los Estados que consideren la posibilidad de adherirse a la
Convención sobre la prohibición del empleo, almacenamiento, producción
y transferencia de minas antipersonal y sobre su destrucción3, así como
al Protocolo enmendado relativo a las minas de la Convención sobre armas
convencionales4.
10. Instamos a los Estados Miembros a que observen la Tregua Olímpica,
individual y colectivamente, ahora y en el futuro, y a que respalden al Comité
Olímpico Internacional en su labor de promover la paz y el entendimiento humano
mediante el deporte y el ideal olímpico.
III. El desarrollo y la erradicación de la pobreza
11. No escatimaremos esfuerzos para liberar a nuestros semejantes, hombres,
mujeres y niños, de las condiciones abyectas y deshumanizadoras de la pobreza
extrema, a la que en la actualidad están sometidos más de 1.000 millones de seres
humanos. Estamos empeñados en hacer realidad para todos ellos el derecho al
desarrollo y a poner a toda la especie humana al abrigo de la necesidad.
12. Resolvemos, en consecuencia, crear en los planos nacional y mundial un
entorno propicio al desarrollo y a la eliminación de la pobreza.
13. El logro de esos objetivos depende, entre otras cosas, de la buena gestión de
los asuntos públicos en cada país. Depende también de la buena gestión de los
asuntos públicos en el plano internacional y de la transparencia de los sistemas
financieros, monetarios y comerciales. Propugnamos un sistema comercial y
financiero multilateral abierto, equitativo, basado en normas, previsible y no
discriminatorio.
14. Nos preocupan los obstáculos a que se enfrentan los países en desarrollo para
movilizar los recursos necesarios para financiar su desarrollo sostenible. Haremos,
por consiguiente, todo cuanto esté a nuestro alcance para que tenga éxito la Reunión
intergubernamental de alto nivel sobre la financiación del desarrollo que se
celebrará en 2001.
15. Decidimos, asimismo, atender las necesidades especiales de los países menos
adelantados. En este contexto, nos felicitamos de la convocación de la Tercera
Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Países Menos Adelantados, que se
celebrará en mayo de 2001, y donde haremos todo lo posible por lograr resultados
positivos. Pedimos a los países industrializados:
3 Véase CD/1478.
4 Protocolo enmendado sobre prohibiciones o restricciones del empleo de minas, armas trampa y otros
artefactos [CCW/CONF.I/16 (Part I), anexo B].
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• que adopten, preferiblemente antes de que se celebre esa Conferencia, una
política de acceso libre de derechos y cupos respecto de virtualmente todas las
exportaciones de los países menos adelantados;
• que apliquen sin más demora el programa mejorado de alivio de la deuda de
los países pobres muy endeudados y que convengan en cancelar todas las
deudas bilaterales oficiales de esos países a cambio de que éstos demuestren su
firme determinación de reducir la pobreza; y
• que concedan una asistencia para el desarrollo más generosa, especialmente a
los países que se están esforzando genuinamente por destinar sus recursos a
reducir la pobreza.
16. Estamos decididos, asimismo, a abordar de manera global y eficaz los
problemas de la deuda de los países de ingresos bajos y medios adoptando diversas
medidas en los planos nacional e internacional para que su deuda sea sostenible a
largo plazo.
17. Resolvemos asimismo atender las necesidades especiales de los pequeños
Estados insulares en desarrollo poniendo en práctica rápida y cabalmente el
Programa de Acción de Barbados5 y las conclusiones a que llegó la Asamblea
General en su vigésimo segundo período extraordinario de sesiones. Instamos a la
comunidad internacional a que vele por que, cuando se prepare un índice de
vulnerabilidad, se tengan en cuenta las necesidades especiales de los pequeños
Estados insulares en desarrollo.
18. Reconocemos las necesidades y los problemas especiales de los países en
desarrollo sin litoral, por lo que pedimos encarecidamente a los donantes bilaterales
y multilaterales que aumenten su asistencia financiera y técnica a ese grupo de
países para satisfacer sus necesidades especiales de desarrollo y ayudarlos a superar
los obstáculos de su geografía, mejorando sus sistemas de transporte en tránsito.
19. Decidimos, asimismo:
• Reducir a la mitad, para el año 2015, el porcentaje de habitantes del planeta
cuyos ingresos sean inferiores a un dólar por día y el de las personas que
padezcan hambre; igualmente, para esa misma fecha, reducir a la mitad el
porcentaje de personas que carezcan de acceso a agua potable o que no puedan
costearlo.
• Velar por que, para ese mismo año, los niños y niñas de todo el mundo puedan
terminar un ciclo completo de enseñanza primaria y por que tanto las niñas
como los niños tengan igual acceso a todos los niveles de la enseñanza.
• Haber reducido, para ese mismo año, la mortalidad materna en tres cuartas
partes y la mortalidad de los niños menores de 5 años en dos terceras partes
respecto de sus tasas actuales.
• Para entonces, haber detenido y comenzado a reducir la propagación del
VIH/SIDA, el flagelo del paludismo y otras enfermedades graves que afligen a
la humanidad.
5 Programa de Acción para el desarrollo sostenible de los pequeños Estados insulares en desarrollo
[Informe de la Conferencia Mundial sobre el Desarrollo Sostenible de los Pequeños Estados Insulares en
Desarrollo, Bridgetown (Barbados), 25 de abril a 6 de mayo de 1994 (publicación de las Naciones Unidas,
No. de venta: S.94.I.18 y corrección), cap. I, resolución 1, anexo II].
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• Prestar especial asistencia a los niños huérfanos por causa del VIH/SIDA.
• Para el año 2020, haber mejorado considerablemente la vida de por lo menos
100 millones de habitantes de tugurios, como se propone en la iniciativa
“Ciudades sin barrios de tugurios”.
20. Decidimos también:
• Promover la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer como medios
eficaces de combatir la pobreza, el hambre y las enfermedades y de estimular
un desarrollo verdaderamente sostenible.
• Elaborar y aplicar estrategias que proporcionen a los jóvenes de todo el mundo
la posibilidad real de encontrar un trabajo digno y productivo.
• Alentar a la industria farmacéutica a que aumente la disponibilidad de los
medicamentos esenciales y los ponga al alcance de todas las personas de los
países en desarrollo que los necesiten.
• Establecer sólidas formas de colaboración con el sector privado y con las
organizaciones de la sociedad civil en pro del desarrollo y de la erradicación
de la pobreza.
• Velar por que todos puedan aprovechar los beneficios de las nuevas
tecnologías, en particular de las tecnologías de la información y de las
comunicaciones, conforme a las recomendaciones formuladas en la
Declaración Ministerial 2000 del Consejo Económico y Social6.
IV. Protección de nuestro entorno común
21. No debemos escatimar esfuerzos por liberar a toda la humanidad, y ante todo
a nuestros hijos y nietos, de la amenaza de vivir en un planeta irremediablemente
dañado por las actividades del hombre, y cuyos recursos ya no alcancen para
satisfacer sus necesidades.
22. Reafirmamos nuestro apoyo a los principios del desarrollo sostenible,
incluidos los enunciados en el Programa 217, convenidos en la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo.
23. Decidimos, por consiguiente, adoptar una nueva ética de conservación y
resguardo en todas nuestras actividades relacionadas con el medio ambiente y, como
primer paso en ese sentido, convenimos en lo siguiente:
• Hacer todo lo posible por que el Protocolo de Kyoto entre en vigor, de ser
posible antes del décimo aniversario de la Conferencia de las Naciones Unidas
sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, en el año 2002, e iniciar la reducción
de las emisiones de gases de efecto invernadero.
• Intensificar nuestros esfuerzos colectivos en pro de la ordenación, la
conservación y el desarrollo sostenible de los bosques de todo tipo.
6 E/2000/L.9.
7 Informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, Río de Janeiro, 3 a 14 de junio
de 1992 (publicación de las Naciones Unidas, No. de venta: S.93.I.8 y correcciones), vol. I: Resoluciones aprobadas por la
Conferencia, resolución 1, anexo II.
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• Insistir en que se apliquen cabalmente el Convenio sobre la Diversidad
Biológica8 y la Convención de las Naciones Unidas de lucha contra la
desertificación en los países afectados por sequía grave o desertificación, en
particular en África9.
• Poner fin a la explotación insostenible de los recursos hídricos formulando
estrategias de ordenación de esos recursos en los planos regional, nacional y
local, que promuevan un acceso equitativo y un abastecimiento adecuado.
• Intensificar la cooperación con miras a reducir el número y los efectos de los
desastres naturales y de los desastres provocados por el hombre.
• Garantizar el libre acceso a la información sobre la secuencia del genoma
humano.
V. Derechos humanos, democracia y buen gobierno
24. No escatimaremos esfuerzo alguno por promover la democracia y fortalecer el
imperio del derecho y el respeto de todos los derechos humanos y las libertades
fundamentales internacionalmente reconocidos, incluido el derecho al desarrollo.
25. Decidimos, por tanto:
• Respetar y hacer valer plenamente la Declaración Universal de Derechos
Humanos10.
• Esforzarnos por lograr la plena protección y promoción de los derechos civiles,
políticos, económicos, sociales y culturales de todas las personas en todos
nuestros países.
• Aumentar en todos nuestros países la capacidad de aplicar los principios y las
prácticas de la democracia y del respeto de los derechos humanos, incluidos
los derechos de las minorías.
• Luchar contra todas las formas de violencia contra la mujer y aplicar la
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra
la mujer11.
• Adoptar medidas para garantizar el respeto y la protección de los derechos
humanos de los migrantes, los trabajadores migratorios y sus familias, eliminar
los actos de racismo y xenofobia cada vez más frecuentes en muchas
sociedades y promover una mayor armonía y tolerancia en todas las
sociedades.
• Trabajar aunadamente para lograr procesos políticos más igualitarios, en que
puedan participar realmente todos los ciudadanos de nuestros países.
• Garantizar la libertad de los medios de difusión para cumplir su indispensable
función y el derecho del público a la información.
8 Véase Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Convenio sobre la Diversidad
Biológica (Centro de Actividades del Programa de Derecho e Instituciones Relacionados con el Medio
Ambiente), junio de 1992.
9 A/49/84/Add.2, anexo, apéndice II.
10 Resolución 217 A (III).
11 Resolución 34/180, anexo.
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VI. Protección de las personas vulnerables
26. No escatimaremos esfuerzos para lograr que los niños y todas las poblaciones
civiles que sufren de manera desproporcionada las consecuencias de los desastres
naturales, el genocidio, los conflictos armados y otras situaciones de emergencia
humanitaria reciban toda la asistencia y la protección que necesiten para reanudar
cuanto antes una vida normal.
Decidimos, por consiguiente:
• Ampliar y reforzar la protección de los civiles en situaciones de emergencia
complejas, de conformidad con el derecho internacional humanitario.
• Fortalecer la cooperación internacional, incluso compartiendo la carga que
recae en los países que reciben refugiados y coordinando la asistencia
humanitaria prestada a esos países; y ayudar a todos los refugiados y personas
desplazadas a regresar voluntariamente a sus hogares en condiciones de
seguridad y dignidad, y a reintegrarse sin tropiezos en sus respectivas
sociedades.
• Alentar la ratificación y la plena aplicación de la Convención sobre los
Derechos del Niño12 y sus protocolos facultativos relativos a la participación
de niños en los conflictos armados y a la venta de niños, la prostitución infantil
y la utilización de niños en la pornografía13.
VII. Atención a las necesidades especiales de África
27. Apoyaremos la consolidación de la democracia en África y ayudaremos a los
africanos en su lucha por conseguir una paz duradera, erradicar la pobreza y lograr
el desarrollo sostenible, para que de esa forma África pueda integrarse en la
economía mundial.
28. Decidimos, por tanto:
• Apoyar plenamente las estructuras políticas e institucionales de las nuevas
democracias de África.
• Fomentar y mantener mecanismos regionales y subregionales de prevención de
conflictos y promoción de la estabilidad política, y velar por que las
operaciones de mantenimiento de la paz en ese continente reciban una
corriente segura de recursos.
• Adoptar medidas especiales para abordar los retos de erradicar la pobreza y
lograr el desarrollo sostenible en África, tales como cancelar la deuda, mejorar
el acceso a los mercados, aumentar la asistencia oficial para el desarrollo e
incrementar las corrientes de inversión extranjera directa y de transferencia de
tecnología.
• Ayudar a África a aumentar su capacidad para hacer frente a la propagación de
la pandemia del VIH/SIDA y otras enfermedades infecciosas.
VIII. Fortalecimiento de las Naciones Unidas
29. No escatimaremos esfuerzos por hacer de las Naciones Unidas un instrumento
más eficaz en el logro de todas las prioridades que figuran a continuación: la lucha
12 Resolución 44/25, anexo.
13 Resolución 54/263, anexos I y II.
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por el desarrollo de todos los pueblos del mundo; la lucha contra la pobreza, la
ignorancia y las enfermedades; la lucha contra la injusticia; la lucha contra la
violencia, el terror y el delito; y la lucha contra la degradación y la destrucción de
nuestro planeta.
30. Decidimos, por consiguiente:
• Reafirmar el papel central que recae en la Asamblea General en su calidad de
principal órgano de deliberación, adopción de políticas y representación de las
Naciones Unidas, y capacitarla para que pueda desempeñar ese papel con
eficacia.
• Redoblar nuestros esfuerzos por reformar ampliamente el Consejo de
Seguridad en todos sus aspectos.
• Fortalecer más el Consejo Económico y Social, sobre la base de sus recientes
logros, de manera que pueda desempeñar el papel que se le asigna en la Carta.
• Fortalecer la Corte Internacional de Justicia a fin de que prevalezcan la justicia
y el imperio del derecho en los asuntos internacionales.
• Fomentar la coordinación y las consultas periódicas entre los órganos
principales de las Naciones Unidas en el desempeño de sus funciones.
• Velar por que la Organización cuente, de forma oportuna y previsible, con los
recursos que necesita para cumplir sus mandatos.
• Instar a la Secretaría a que, de conformidad con normas y procedimientos
claros acordados por la Asamblea General, aproveche al máximo esos recursos
en interés de todos los Estados Miembros, aplicando las mejores prácticas y
tecnologías de gestión disponibles y prestando una atención especial a las
tareas que reflejan las prioridades convenidas de los Estados Miembros.
• Promover la adhesión a la Convención sobre la Seguridad del Personal de las
Naciones Unidas y el Personal Asociado14.
• Velar por que exista una mayor coherencia y una mejor cooperación en materia
normativa entre las Naciones Unidas, sus organismos, las instituciones de
Bretton Woods y la Organización Mundial del Comercio, así como otros
órganos multilaterales, con miras a lograr criterios perfectamente coordinados
en lo relativo a los problemas de la paz y el desarrollo.
• Seguir fortaleciendo la cooperación entre las Naciones Unidas y los
parlamentos nacionales por intermedio de su organización mundial, la Unión
Interparlamentaria, en diversos ámbitos, a saber: la paz y seguridad, el
desarrollo económico y social, el derecho internacional y los derechos
humanos, la democracia y las cuestiones de género.
• Ofrecer al sector privado, las organizaciones no gubernamentales y la sociedad
civil en general más oportunidades de contribuir al logro de las metas y los
programas de la Organización.
31. Pedimos a la Asamblea General que examine periódicamente los progresos
alcanzados en la aplicación de lo dispuesto en la presente Declaración, y al
Secretario General que publique informes periódicos para que sean examinados por
la Asamblea y sirvan de base para la adopción de medidas ulteriores.
14 Resolución 49/59, anexo.
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32. Reafirmamos solemnemente, en este momento histórico, que las Naciones
Unidas son el hogar común e indispensable de toda la familia humana, mediante el
cual trataremos de hacer realidad nuestras aspiraciones universales de paz,
cooperación y desarrollo. Por consiguiente, declaramos nuestro apoyo ilimitado a
estos objetivos comunes y nuestra decisión de alcanzarlos.
8a. sesión plenaria
8 de septiembre de 2000